El doctor ha dicho la verdad. Los días están contados. ¿Por qué yo y por qué ahora? Un hombre deja atrás a su mujer y a sus hijos, a sus padres, a sus amigos, a sus vecinos y a su antigua amante, a todos aquellos que formaron parte de su vida.

Cada día es un pequeño adiós. Las palabras son cada vez menos comunes, el silencio se prolonga cada vez más. Ante la ventana, el año cambia de color. Morir, un último trabajo. Quedarse solo pero sin estar solo está bien, quizás.

Stopped on track es la historia de una familia que se enfrenta a una gran pérdida. La película comienza desde el principio del fin: en la clínica donde un médico diagnostica a Frank, 40 años y padre de familia, una enfermedad incurable.

Frank y Simone tienen dos hijos. Forman una familia normal, una pareja sólida, sus relaciones son armoniosas, sin romanticismo. Con la noticia, todos los planes se truncan: los proyectos de trabajo, la casa a la que acaban de mudarse, sueños de viaje, la música. Pero la vida sigue y cada uno trata de buscar la manera de sobrellevar esta nueva realidad en su trabajo, en la escuela o en casa.

La hija de 14 años permanece extrañamente ajena, como si la idea de la muerte para una adolescente fuera algo demasiado lejano. Los amigos, incluso algunos familiares, se sienten incómodos con la idea de la muerte. Por su parte, Frank intenta sobreponerse a lo inevitable: los crecientes síntomas de la enfermedad y el tratamiento médico. Utiliza su iPhone a modo de diario íntimo. En una escena, Frank y Simone empiezan a besarse con una intimidad y delicadeza que ilustra en unos segundos todo lo que han tenido y lo que están a punto de perder. La decisión de seguir los cuidados en casa será para Simone un ejercicio extremo de amor y pondrá a prueba la fortaleza de los sentimientos de todos.

Por la ventana, el año toca a su fin. Primero se ve como caen las últimas hojas de los árboles. Luego es el invierno que cubre el paisaje de un espeso manto de nieve, blanco y silencioso.

 

 

Distribuida por Paco Poch Cinema